Desde este lunes, Alemania entra en un nuevo capítulo en su política de drogas al legalizar el consumo recreativo de cannabis. La decisión, a pesar de la férrea oposición conservadora y de asociaciones médicas preocupadas por las repercusiones en la juventud, marca un hito significativo en la legislación alemana.

La nueva ley permite a los adultos mayores de 18 años llevar consigo hasta 25 gramos de marihuana en lugares públicos, cultivar hasta 50 gramos y tener tres plantas por adulto en sus hogares. 

La legalización sitúa a Alemania entre los países más permisivos de Europa en cuanto al cannabis, uniéndose a Malta y Luxemburgo, que tomaron medidas similares en 2021 y 2023, respectivamente. A pesar de la reputación liberal de los Países Bajos en el pasado, han optado por una estrategia más restrictiva para reducir el turismo relacionado con el consumo de cannabis.

Aunque la ley entra en vigor de inmediato, los consumidores aún enfrentarán un período de espera de tres meses antes de poder comprar marihuana legalmente en "clubes sociales de cannabis". Georg Wurth, director de la Asociación Alemana de Cannabis, aclara que la compra seguirá siendo ilegal hasta julio.

El gobierno de coalición, liderado por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, argumenta que la legalización ayudará a combatir más eficazmente el tráfico de drogas. El ministro de Salud, Karl Lauterbach, médico de profesión, afirma que sacar el cannabis de la clandestinidad es crucial para ayudar a los adictos, prevenir el consumo en los jóvenes y reducir el mercado negro.

La policía también muestra su escepticismo, temiendo dificultades para hacer cumplir la nueva ley y posibles atascos legales debido a la amnistía retroactiva para delitos relacionados con el cannabis. Además, la oposición conservadora ya ha prometido revocar la ley si gana las elecciones de 2025.

En este contexto, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, del partido liberal FDP, defiende la reforma como una medida "responsable", argumentando que es preferible a que la gente compre cannabis en el mercado negro. Sin embargo, el debate sobre los riesgos y beneficios de esta nueva política está lejos de terminar, y su impacto a largo plazo sigue siendo motivo de controversia y vigilancia.