La trágica muerte de Matthew Perry ha dado un giro inesperado tras la imputación de cinco personas en relación con su fallecimiento. El fiscal del caso, a mediados de agosto, reveló que los acusados aprovecharon los problemas de adicción del actor para lucrar.

Cada día surgen nuevos detalles sobre los hechos que rodearon las últimas horas de la estrella de *Friends*, de 54 años, así como sobre las cinco personas implicadas: dos médicos, su asistente personal y dos personas encargadas de suministrar la medicación. Según documentos judiciales obtenidos por TMZ, Perry solicitó a su asistente, Kenneth Iwamasa, que le inyectara una dosis adicional de ketamina antes de retirarse a su domicilio el 28 de octubre de 2023. Iwamasa, quien administró al menos tres inyecciones ese día, encontró al actor boca abajo en su bañera de hidromasaje poco después.

Iwamasa se declaró culpable de un cargo de conspiración para distribuir ketamina que resultó en la muerte de una persona, admitiendo que había encontrado al actor "inconsciente" en varias ocasiones durante las semanas previas, pero continuó administrándole la droga a petición de Perry. Según un acuerdo de culpabilidad revelado por Page Six, el asistente admitió haber inyectado al actor "cantidades significativas de ketamina", aproximadamente 6-8 dosis al día, en los días previos a su muerte.

El día del fallecimiento de Perry, Iwamasa le administró ketamina a las 8:30 de la mañana y nuevamente alrededor de las 12:45 de la noche. Solo 40 minutos después, Perry solicitó que preparara su jacuzzi y le inyectara otra dosis del anestésico, lo que resultó ser su última petición antes de morir. Tras cumplir con el requerimiento, el asistente salió de la casa, momento en el que ocurrió la tragedia.

En una rueda de prensa celebrada el 15 de agosto, el Departamento de Justicia reveló que Perry había recibido aproximadamente 20 dosis de ketamina entre septiembre y octubre de 2023, por un valor de 55 mil dólares en efectivo. Además de Iwamasa, los médicos Salvador Plasencia y Mark Chavez, junto con un presunto traficante de drogas llamado Erik Fleming y Jasveen Sangha, conocida como la “Reina de la Ketamina de Los Ángeles”, también fueron acusados.

La investigación ha sido ardua, con la colaboración de la DEA y el Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos, después de que la policía de Los Ángeles expresara en mayo su preocupación por la cantidad de anestésico quirúrgico en el sistema de Perry. Aunque personas cercanas al actor aseguraron que estaba bajo terapia de infusión de ketamina, el médico forense señaló que su último tratamiento había sido una semana y media antes de su muerte, lo que no justificaría los altos niveles de la droga en su sangre.

Tras la presentación de los cargos, la familia de Perry emitió un comunicado expresando su dolor por la pérdida y su deseo de que se haga justicia. “Teníamos y seguimos teniendo el corazón roto por la muerte de Matthew”, escribió la familia, incluyendo a su padrastro Keith Morrison. “Nos ha ayudado saber que las autoridades han tomado su caso muy en serio. Esperamos que la justicia siga su curso”.